Hay quienes piensan que la juventud es sinónimo de invencibilidad y que la salud durará para siempre, que se pueden descuidar aquellas facultades que parecen eternas e imperecederas, como la audición. Sin embargo, es importante cuidar de ella.
¿Cómo cuidar la audición desde la juventud?
La salud auditiva es la capacidad de las personas para escuchar de manera efectiva. Depende de la integridad de los órganos que intervienen en la escucha. El órgano que tiene relación directa con esta capacidad es el oído, que consta de tres partes: el oído externo (pabellón auricular, conducto auditivo y tímpano), oído medio (donde se ubican los llamados huesecillos: martillo, yunque y estribo, y la trompa de eustaquio) y oído interno (donde está la cóclea).
Al ser tan frágiles y pequeñas las partes del oído, es necesario tener mucho cuidado con ellas. Los ambientes con altos índices de contaminación sonora (avenidas con gran flujo de vehículos, lugares cerrados con música a alta intensidad, recintos de clase sin adecuaciones acústicas, entre otros) pueden generar daños a mediano y largo plazo en el oído.
Así mismo, algunas infecciones del aparato respiratorio pueden causar afecciones del aparato auditivo que deben ser tratadas oportunamente para evitar daños en la audición en jóvenes y niños. Las gripes fuertes, los resfriados o los cambios súbitos de presión deben ser tratados para librar el conducto de infecciones y acumulación de mucosa o cera en la zona más cercana a la oreja.
Vale la pena recordar que, con los cambios bruscos de presión, la trompa de eustaquio se colapsa un poco y se presenta la sensación de taponamiento del oído medio y esto debe remediarse con la maniobra de valsalva, que no es otra cosa que intentar expulsar aire con la nariz tapada y la boca cerrada.
Desde temprana edad, los padres deben explicar a sus hijos cómo cuidar la audición, tratando de dar un buen uso a los equipos de sonido, tan utilizados por niños y jóvenes. Los auriculares para escuchar música, al ser usados en exceso, pueden provocar la pérdida de la audición hasta en un 50 %. Si el volumen excede los 65 dB, puede haber daños irreversibles¹.
Por otra parte, es necesario, si el clima es frío o hay vientos fuertes, abrigarse bien, utilizando gorros de lana, bufandas y orejeras, en especial en los países con estaciones diferenciadas. El objetivo es mantener una temperatura adecuada para prevenir la aparición de la otitis (inflamación del oído) y de otras enfermedades asociadas al exceso de frío.
La atención, la percepción, la discriminación y la identificación de los sonidos posibilita el desarrollo lingüístico comunicativo desde edades tempranas. Sin tener acceso a los sonidos de las palabras, la adquisición del código escrito se puede complicar y de allí es posible que se desprendan problemas de aprendizaje mucho más complejos de mitigar.
La clave para saber si el sonido ambiente está afectando la salud de las personas es tratar de hablar con ellas en un tono de voz normal. Si los sonidos del entorno no permiten la escucha de la voz, el nivel de ruido se puede considerar nocivo para quienes se encuentren en el lugar.
¿Cómo se trata la pérdida de la audición?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 5 % de la población mundial tiene pérdida auditiva discapacitante². La discapacidad auditiva ocurre, entre otras causas, al estar expuestos a altos niveles de contaminación auditiva y al uso excesivo de audífonos a alto volumen, pero también, en casos particulares, a enfermedades tales como la otoesclerosis, aparición de afecciones autoinmunes, resfriados mal tratados, infecciones del oído medio, presbiacusia o pérdida auditiva por la edad y sordera súbita, entre otras.
Un tratamiento para la pérdida de la audición son los dispositivos auditivos (audífonos, implantes cocleares o implantes acústicos de conducción ósea), con los cuales es posible amplificar el volumen de los sonidos, si se trata de una pérdida leve a moderada; o reemplazar las partes de la estructura del oído que no funcionan, permitiendo escuchar de nuevo a quienes tienen hipoacusias severas o profundas.
Las personas afectadas y sin tratamiento podrían sufrir problemas psicológicos y sociales³.
¿Cómo saber si tengo pérdida de la audición?
¿Cómo saber si tengo pérdida de audición? Si usted sospecha que ha perdido su nivel de audición, le recomendamos que vaya a un especialista y realice una audiometría, el examen con el cual se determinará si ha perdido o no su capacidad de escuchar.
Recuerde que la pérdida de audición no tiene recuperación. Sin embargo, se puede tratar. En la mayoría de los casos, se soluciona con el uso de audífonos que amplifican los sonidos. En casos más complejos, se recomienda un implante coclear. Lo importante es prevenir estas afecciones cuidándose y cuidando a nuestros seres queridos.
Vale la pena aclarar que no todas las pérdidas auditivas se pueden prevenir, pero pueden tener tratamiento. Consulte con un profesional médico para que conozca las opciones.
Tenga en cuenta
La información en esta guía es solo para fines educativos y no tiene la intención de diagnosticar, prescribir tratamiento o reemplazar el consejo médico. Consulte a su médico o profesional de la salud sobre los tratamientos para la pérdida de la audición. Ellos podrán asesorar sobre una solución adecuada para su condición de pérdida auditiva. Todos los productos deben usarse solo según las indicaciones de su médico o profesional de la salud. No todos los productos están disponibles en todos los países. Por favor, póngase en contacto con su representante local de Cochlear™
Referencias
En: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/deafness-and-hearing-loss
- En: Hipoacusia: trascendencia, incidencia y prevalencia https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864016301055
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