¿De dónde vienen los implantes cocleares? ¿Cómo han cambiado a lo largo de los años? ¿Por qué representan una solución confiable para la hipoacusia o pérdida auditiva?
Historia del implante coclear
Imagínese usted lograr que alguien vuelva a escuchar. Claro que cuando Alessandro Volta, en 1790 encontró que se podía estimular el oído con impulsos eléctricos tal vez no imaginaba que estaba marcando el camino de lo que hoy se conoce como implante coclear ni los beneficios que este traería.
No fue hasta 1957 —y tras varios ensayos y pruebas de diferente tipo— cuando los cirujanos André Djourno y Charles Eyriès, en París, comprobaron con efectividad que, con la estimulación eléctrica de la cóclea, era posible que una persona con pérdida auditiva volviera a escuchar.
Djourno y Eyriès introdujeron un hilo de cobre hasta la cóclea de una persona totalmente sorda quien pudo percibir algunos sonidos. Fue algo temporal: la solución falló con el tiempo y Eyriès renunció a seguir intentándolo, pero en todo caso, la idea del implante coclear había nacido.
Djourno continuó con las pruebas. Y aparecieron otros especialistas, médicos, ingenieros que fueron afinando el implante, dándole forma, ampliando sus posibilidades. Hubo investigaciones en Europa, en América, en Oceanía.
Todo esos años e investigaciones, todas esas ideas, pruebas, fallos y aciertos, permitieron que, en 1978, Rod Saunders se convirtiera en la primera persona en recibir un implante coclear, recuperar la audición y entender el habla de las otras personas nuevamente¹.
En aquel entonces se le llamó oído biónico. La operación para implantarlo se llevó a cabo en el Royal Victorian Eye and Ear Hospital, en Melbourne, Australia, el 1 de agosto de 1978². El responsable de la operación fue el otorrinolaringólogo Graeme Clark.
Sin embargo, la historia de Graeme Clark es un poco más larga: su interés en encontrar un tratamiento para la sordera tuvo como inspiración a su propia familia.
—¿En qué momento decidió dedicar su vida a tratar la sordera —, le preguntaron al doctor Clark en una entrevista publicada en el sitio web de la Academia Australiana de Ciencias³.
—Creo que fue cuando me di cuenta de la pérdida auditiva de mi padre —, respondió.
Fue la experiencia de ver a su padre solicitándoles a los clientes de la farmacia que regentaba que hablaran más fuerte, lo que influyó en las decisiones profesionales y científicas del doctor Clark y lo llevaron a buscar, encontrar y desarrollar una opción confiable para tratar la hipoacusia: un dispositivo auditivo, electrónico e implantable.
El empeño y la dedicación del doctor Clark hicieron realidad lo que otros consideraron imposible. Su logro, además, fue el punto de partida para Cochlear™ Limited, que nació con la clara intención de lograr que el implante coclear multicanal llegara a personas de todo el mundo.
Para el año 2012, alrededor de 325.000 personas, en todo el mundo, tenían un implante coclear, según las cifras del Instituto Nacional de Sordera y otros desórdenes de la comunicación, de Estados Unidos⁴.
¿Cómo ha evolucionado el implante coclear?
En el caso de Cochlear, el recorrido de sus implantes cocleares se puede ver en este infográfico.
Cada nuevo desarrollo de los implantes cocleares (que es la parte interna de una solución para la hipoacusia, la externa es el procesador de sonido) ha logrado brindar mejores resultados auditivos y confiabilidad para sus usuarios.
<<Conozca qué es la confiabilidad de un implante coclear>>
Pero también son cada vez más delgados y con diseños que les permiten adaptarse con mayor naturalidad a la forma del oído interno, logrando mejor ubicación y una experiencia auditiva más completa para sus usuarios.
El implante coclear ha demostrado ser un dispositivo seguro y confiable para las personas con pérdidas auditivas y es allí donde radica su importancia. Son un desarrollo de la ciencia que le da una nueva oportunidad a los hipoacúsicos de disfrutar el sentido de la audición.
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¿Por qué un implante coclear mejora la vida?
La pérdida de la audición implica consecuencias que van más allá de no poder escuchar. Afecta, si es congénita, el correcto desarrollo del habla y el lenguaje. Pero también la interacción social y la posibilidad de estudiar o trabajar. Incluso, en los mayores, la pérdida de audición está relacionada con afecciones en su salud mental.
Recibir un implante coclear permite no solo recuperar (o mejorar) la audición, sino también mejorar la calidad de vida, permitir la adquisición del lenguaje y el desarrollo de las destrezas lingüísticas de los niños con hipoacusia congénita.
Cualquier persona con hipoacusia, sin importar que sean adultos o niños (en especial si el diagnóstico de la pérdida auditiva se logra de manera precoz), podrán percibir los beneficios de un implante coclear, siempre y cuando lo acompañen con la rehabilitación necesaria y adecuada.
Tenga en cuenta
La información en esta guía es solo para fines educativos y no tiene la intención de diagnosticar, prescribir tratamiento o reemplazar el consejo médico. Consulte a su médico o profesional de la salud sobre los tratamientos para la pérdida de la audición. Ellos podrán asesorar sobre una solución adecuada para su condición de pérdida auditiva. Todos los productos deben usarse solo según las indicaciones de su médico o profesional de la salud. No todos los productos están disponibles en todos los países. Por favor, póngase en contacto con su representante local de Cochlear™
Referencias
¹ https://www.eoas.info/biogs/P005544b.htm
² http://faso.org.ar/revistas/2011/3/2.pdf
³ https://www.science.org.au/learning/general-audience/history/interviews-australian-scientists/professor-graeme-clark#inspirations
⁴ https://www.nidcd.nih.gov/es/espanol/implantes-cocleares
D1824042