Puede ser que no conozca la palabra, pero sí sepa de sus características: dificultad para escuchar, imposibilidad (en algunas ocasiones) para seguir las conversaciones, la necesidad de subirle el volumen a la radio o la televisión…. O la poca o nula reacción a los sonidos, entre otras señales.
La hipoacusia o sordera consiste en la disminución de la sensibilidad o capacidad de audición que afecta los oídos. La complejidad de este trastorno es que es relativamente común, puede tener lugar por diferentes motivos, presentarse en diferentes grados y puede empezar en cualquier etapa de la vida.
Es decir, hay hipoacusia neurosensorial, hipoacusia conductiva e hipoacusia mixta. Y pueden ser leves, moderadas, severas o profundas. Y pueden afectar un solo oído (hipoacusia unilateral) o los dos (hipoacusia bilateral).
Para entender cómo puede diagnosticarse y cuál es el tratamiento adecuado, es necesario conocer el funcionamiento de la audición.
¿Cómo funciona la audición?
Lo primero a tener en cuenta para entender cómo funciona la audición, y por ende cómo oímos, es comprender el rol de los sonidos, que son vibraciones invisibles que viajan por el aire.
Existen diferentes fuentes o emisores de sonido: el habla, el crujido de las hojas, el repicar del teléfono, la televisión…. El aire se encarga de llevar esas vibraciones, conocidas como ondas sonoras, en diferentes direcciones.
A hipoacusia, também conhecida como surdez, é uma condição caracterizada pela perda de audição. Esta condição pode variar de uma perda auditiva ligeira a uma surdez total e pode ser causada por várias razões, incluindo lesões, exposição a ruídos altos ou certas condições médicas. No mundo digital, empresas como o Brazino 777 Cassino https://casinobrazino.com/login estão a tornar os seus serviços acessíveis para todos, independentemente das suas capacidades auditivas. Com uma interface de usuário intuitiva e uma ampla gama de jogos disponíveis, o Brazino 777 oferece uma experiência de jogo online inclusiva que pode ser desfrutada por todos, incluindo aqueles com hipoacusia.
Las ondas sonoras que captan los oídos, en su mayoría son únicas y tienen diferentes características: de acuerdo a su frecuencia pueden ser agudas (altas) o graves (bajas).
Nuestro cerebro es el encargado de interpretar los mensajes que previamente captaron los oídos como ondas sonoras. Si nuestros oídos funcionan bien, la información que se lleva al cerebro será más clara, permitiendo a la persona oír y desarrollar de manera normal sus habilidades lingüísticas.
¿Cómo se compone el oído?
Hay tres partes principales en el oído:
-
El oído externo: capta las ondas sonoras por medio del pabellón auricular, concentrándolas y conduciéndolas por el conducto auditivo externo hasta chocar contra el tímpano. Se compone a su vez de:
● El pabellón auricular o la aurícula, que es la parte externa del oído.
● El conducto auditivo externo, que es aquel que conecta el oído externo al oído medio.
● El tímpano o membrana timpánica, precisamente la membrana que separa al oído externo del oído medio. -
El oído medio: esta parte, que está entre el tímpano y la ventana oval, es clave pues es el encargado de transmitir las vibraciones del oído externo al oído interno. El oído medio o “cavidad timpánica” está conformado por:
● Los tres huesecillos: el martillo, el yunque y el estribo.
● La trompa de Eustaquio, que básicamente impide que se acumule presión tanto de aire como de líquido dentro del oído, proceso clave pues es necesaria una presión en equilibrio para la correcta transferencia de las ondas sonoras. -
El oído interno: como su nombre lo indica, esta especie de “laberinto” se encuentra en la región interna del oído, y es allí donde están:
● El vestíbulo, o “el órgano del equilibrio”.
● La cóclea, que parece una concha de caracol, es donde las ondas sonoras se convierten en impulsos eléctricos que, luego de ser enviados al cerebro, éste puede reconocer como sonidos.
Así funciona:
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En la primera fase, un sonido entra en el conducto auditivo externo:
Al producirse un sonido, las vibraciones u ondas sonoras entran y se desplazan a través del conducto auditivo hasta chocar con el tímpano. -
La membrana timpánica o tímpano vibra.
Esto genera que los tres huesecillos vibren a su vez, transmitiendo el sonido hacia el oído interno. -
La vibraciones viajan por el “laberinto”.
Las vibraciones viajan a través del líquido del oído interno, este laberinto en forma de espiral, y activan la cóclea, encargada del proceso de convertirlas en impulsos eléctricos para que sean reconocidas por el nervio auditivo. -
El cerebro interpreta el sonido.
Después que el nervio auditivo envía la información al cerebro mediante impulsos o señales eléctricas, el cerebro tiene la tarea de interpretarlas, reconociendo finalmente un determinado sonido.
Causas de la hipoacusia
Así como existen diferentes tipos de hipoacusia las causas también son muchas y variadas. La audición supone una transmisión compleja y delicada del sonido a través del oído externo, medio e interno, de modo que el daño en cualquiera de estas partes puede afectar la audición.
De igual manera el envejecimiento, los factores genéticos, la exposición prolongada a ruidos fuertes, algunos medicamentos, las infecciones del oído medio, lesiones en la cabeza y afecciones médicas como la enfermedad de Méniére pueden ser también causantes de hipoacusia.
Así mismo, la hipoacusia puede aparecer desde el nacimiento o ser ocasionado por:
- Una lesión.
- Infección, por tratamientos con medicamentos ototóxicos (ciertos antibióticos aminoglucósidos, en particular, la gentamicina, estreptomicina y neomicina, y los fármacos usados en quimioterapia para el tratamiento del cáncer como la ciclofosfamida, cisplatino, bleomicina y carboplatino).
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La vibraciones viajan por el “laberinto”.
Las vibraciones viajan a través del líquido del oído interno, este laberinto en forma de espiral, y activan la cóclea, encargada del proceso de convertirlas en impulsos eléctricos o señales químicas para que sean reconocidas por el nervio auditivo. - Exposición prolongada a ruidos muy fuertes y constantes.
Como parte del proceso de envejecimiento, con frecuencia se presentan pérdidas de audición progresivas. Cuando esta pérdida es más severa puede afectar la comprensión del lenguaje.
Tipos de hipoacusia
Hay diferentes tipos de hipoacusia o sordera que, de acuerdo con la localización de la lesión, pueden diferenciarse entre las siguientes:
Sordera congénita
Este tipo de sordera, sea parcial o total, es la que se presenta desde el nacimiento, con el agravante que, en algunos casos, es detectada de forma tardía y pocas veces antes de los primeros seis meses de vida..
Y, ¿cuáles son las causas de la sordera congénita?
Puede presentarse por dos variables: sea por cambios o mutaciones en los genes, o por agentes conocidos como teratógenos que, durante el desarrollo del bebé dentro del útero, dañaron el oído.
La complejidad de la sordera congénita radica en que son más de 80 los genes conocidos cuya mutación pueden generar sordera congénita no sindromática, es decir, sin defectos asociados.
De los casos de sordera congénita, aproximadamente un tercio se da por herencia, incluyendo a los padres que oyen bien, pero son portadores de una mutación determinante de sordera, lo que se conoce como trastorno autosómico recesivo o herencia recesiva. [3]
Pero, ¿qué pasa con los niños que durante sus primeros años oyen bien, aprenden a hablar, pero luego van perdiendo de manera progresiva la audición?
Lo que ocurre en esos casos es que, precisamente, la sordera no siempre es congénita. Los factores genéticos, tanto en la infancia y la adolescencia, como en la etapa adulta, toman un rol clave.
Dentro de los casos no sindrómicos, aproximadamente [4] del 75% al 85% son de herencia autosómica recesiva; del 15% al 24% de herencia autosómica dominante; y entre el 1% al 2% relacionada con el cromosoma.
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Hipoacusia conductiva
Este tipo de hipoacusia, conocido también como de transmisión, se da por una alteración en el oído externo o el oído medio que no permite que las ondas sonoras lleguen al oído interno.
Dependiendo de si la causa es por una alteración en el oído externo o el oído medio, su grado de complejidad puede ser de leve a moderada o de leve a severa.
Seguramente alguna vez te has tapado los oídos con las manos. La sensación que produce es muy similar al efecto de la hipoacusia conductiva.
¿Qué puede producir hipoacusia conductiva?
Existen diferentes causas por las que se puede producir hipoacusia conductiva y sus implicaciones pueden ser de leves a moderadas según cada uno. Puede darse por infecciones en el oído, obstrucciones por un cuerpo extraño, otitis externa o “del nadador” u otitis media crónica así como por alteraciones en el pabellón o conducto auditivo externo, como por ejemplo disgenesia auditiva (cuando anatómicamente el oído presenta una malformación) o por otoesclerosis.
Síntomas: ¿cómo detectar la hipoacusia conductiva?
La forma de identificar este tipo de sordera es prestar atención cuando se presenta dificultad para seguir una conversación; para identificar sonidos en ambientes donde hay ruido; para percibir sonidos, especialmente si provienen de más de una fuente; para percibir sonidos agudos e incluso cuando se presenta falta de equilibrio o la sensación de ésta.
Si bien las prótesis auditivas convencionales pueden ayudar, a veces no terminan de ser suficientes
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Hipoacusia neurosensorial
Tanto la pérdida sensorial que implica al oído interno como la pérdida neural relacionada con el nervio auditivo son formas de hipoacusia neurosensorial.
Anteriormente la hipoacusia neurosensorial era conocida popularmente como “sordera nerviosa”. Si bien el oído interno y el nervio auditivo están conectados y trabajan de la mano, la causa de la mayoría de los casos viene del oído interno.
Por esta razón, y porque puede presentarse en diferente grado, sea leve a profunda, es aún más importante darle un tratamiento oportuno a la hipoacusia. Además, puede afectar a uno o a ambos oídos
¿Qué causa la hipoacusia neurosensorial?
Pueden existir múltiples causas para la hipoacusia neurosensorial, razón por la cual es necesario dividirlos en dos categorías: congénita y adquirida.
La hipoacusia neurosensorial congénita es la que se presenta desde el nacimiento, pudiendo ser heredada o por un desarrollo anormal desde la gestación, mientras que la hipoacusia neurosensorial adquirida puede deberse a ciertos traumatismos; a la constante exposición a ruidos fuertes, en especial aquellos por encima de los 90 dB; a la ingesta de medicamentos ototóxicos; al síndrome de Ménière o incluso a una meningitis bacteriana.
¿Cuáles son los síntomas?
Dependiendo de si se sufre en uno o ambos oídos, los síntomas pueden variar. Si se padece en los dos oídos, normalmente se presentan dificultades para escuchar y entender lo que dice otra persona, a pesar de que su voz tenga buen volumen.
Si se padece en uno solo, es posible que la persona con hipoacusia neurosensorial escuche con una especie de ruido de fondo y que no identifique de dónde provienen algunos sonidos.
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Cuando se da una pérdida de la audición de manera rápida y sin explicación o antecedente alguno, generalmente en un solo oído, es porque hay una situación llamada pérdida súbita de la audición neurosensorial o “sordera súbita”.
Al tratarse de una emergencia médica, toda persona que presente esta situación debe acudir de inmediato al doctor pues, de tratarse a tiempo, aumentan las posibilidades de recuperación.
De no hacerlo, se puede perder la audición de forma permanente como le ocurrió al presentador de la BBC, Lewis Vaughan Jones, quien, con 36 años, perdió la capacidad de escuchar por el oído izquierdo y no tomó cartas en el asunto por pensar que era a causa de un resfriado.
Es muy importante darle a este caso la importancia que merece pues, por pensar que el “malestar” en el oído es temporal tal vez por causa de alguna alergia u otro problema menor como un resfriado, tal como le pasó a Lewis, la pérdida puede ser irreversible.
Causas que pueden generar sordera súbita
Es importante aclarar que, según información del NIDCD (Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación) del Gobierno de Estados Unidos, las causas difícilmente son identificables y solo se llega a conocer el origen en un 10% a un 15% de los pacientes.
Sin embargo, hay variadas causas relacionadas con sordera súbita:
- Infecciones
- Lesiones o traumas en la cabeza
- Enfermedades autoinmunes, es decir, cuando el sistema inmunitario se convierte, por error, en el agresor que ataca los órganos y tejidos corporales sanos
- Los medicamentos ototóxicos (aquellos que dañan las células sensoriales del oído interno)
- Lesiones en el nervio auditivo como tumores benignos o malignos
- Problemas vasculares o de mala circulación
- La enfermedad de Ménière
- Esclerosis múltiple y otros trastornos neurológicos
Síntomas previos a la hipoacusia o sordera súbita
Si sientes mareo, tienes la sensación de no estar escuchando bien por un oído o percibes una especie de pitido constante (tinnitus), es probable que estés teniendo señales o síntomas de sordera súbita, en especial si tienes más de 40 años.
Se calcula que la sordera súbita afecta a 1 de cada 5 mil personas al año, aunque la incidencia puede ser mayor por aquellos casos que no se diagnostican ni tienen tratamiento.
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Lo más importante para diagnosticar la sordera súbita es consultar inmediatamente al médico para que sea practicada una prueba para identificar el tipo de pérdida auditiva llamada audiometría de tonos puros o audiometría tonal.
Con ésta, se puede examinar la capacidad auditiva del paciente y evaluar si la audición presenta afectación desde la transmisión de los sonidos hasta algo relacionado con el sistema nervioso.
Para tener una idea más clara, la sordera súbita puede ocasionar que no pueda seguirse una conversación normal, ya que se escucha como una especie de susurro.
¿Cómo se diagnostica la hipoacusia?
Para diagnosticar la hipoacusia el médico puede apoyarse en varias pruebas, entre ellas la evaluación física, las pruebas generales de detección, las pruebas de diapasón o la audiometría.
Sin embargo, hay variadas causas relacionadas con sordera súbita:
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Examen físico de audición:
idealmente estos deben ser parte de los exámenes médicos de rutina. Aquí, el médico de atención primaria juega un rol clave en la identificación temprana de la pérdida auditiva. -
Pruebas de diapasón:
además de ser pruebas sencillas, son muy útiles para descubrir otitis media y ayudan a diferenciar entre tipos de hipoacusia conductiva y neurosensoriales. - Audiometría: este examen es realizado por un audiólogo; el objetivo inmediato de la audiometría tonal es determinar los umbrales auditivos. Esto se refiere a la mínima intensidad capaz de evocar una sensación auditiva con tono puro. La representación gráfica de la audiometría tonal se denomina audiograma y en este se puede observar el nivel y grado de audición en ambos oídos.
- Impedanciometría: la impedanciometría permite medir la impedancia de la estructura del oído medio, es decir, la resistencia que sus diferentes componentes oponen al estímulo sonoro, obteniéndose información sobre la presión existente en el oído medio, la integridad y la movilidad del tímpano y la continuidad de la cadena de huesecillo. Para realizar la prueba de impedanciometría acústica se utiliza un aparato con una sonda en la apertura del conducto auditivo externo a través de la cual se aplica un sonido de frecuencia e intensidad variables que generan cambios de presión que desplazan el tímpano de su posición normal. En dicha sonda hay también un pequeño micrófono que registra la intensidad del sonido reflejado por el tímpano
Grados de hipoacusia
Se dice que lo que no se mide no se puede controlar, ni mucho menos mejorar. De ahí la importancia de medir el nivel de audición para así poder identificar determinado problema auditivo.
¿Cómo se puede medir el nivel de pérdida auditiva?
El grado de hipoacusia se determina midiendo la pérdida de capacidad auditiva en decibelios (dBHL) a través de exámenes como la audiometría.
Es importante resaltar que el nivel auditivo puede medirse tanto para sonidos de tono puro como para sonidos del habla. De igual forma, como la hipoacusia puede darse en un solo oído o en ambos, también puede corroborarse si la pérdida auditiva es unilateral o bilateral.
Clasificación según el grado de hipoacusia
El nivel de hipoacusia que padece una persona se clasifica en leve, moderada, severa o profunda.
Audición normal: la persona está en la capacidad de oír sonidos suaves por encima de 20 dBH
Hipoacusia leve: en este caso, a la persona se le dificulta entender el habla, en especial en ambientes donde hay mucho ruido o cuando el volumen de la voz es muy bajo. Así mismo, le cuesta escuchar los susurros, siendo la hipoacusia en su mejor oído entre 25 y 39 dBHL.
Hipoacusia moderada: en este caso es muy difícil que una persona entienda el habla cuando el volumen de la voz es normal. Aquí la hipoacusia en su mejor oído se ubica entre 40 y 69 dBHL. En este punto se requiere de audífono (prótesis auditiva).
Hipoacusia severa: la hipoacusia en su mejor oído, en este punto, se ubica entre 71 y 90 dBHL. Con hipoacusia severa, una persona requiere prótesis auditiva o un implante coclear pues no tiene la capacidad de escuchar lo que otra persona le dice, solo es capaz de percibir algunos sonidos fuertes.
Hipoacusia profunda: hipoacusia en su mejor oído de más de 90 dBHL. Aquí, la persona no oye nada de lo que se habla, salvo algunos sonidos muy fuertes que puede percibir, por lo que tiene que recurrir a la lectura de labios y/o lengua de señas, a información visual complementaria o a un implante coclear.
¿Cómo detectar problemas de audición en bebés y niños?
Según el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia en su cartilla “Salud Auditiva y Comunicativa ‘Somos todo oídos’”, 5 de cada 1.000 bebés nacen con pérdida de audición discapacitante. En España, 3 de cada 1.000 recién nacidos presentan problemas auditivos, de acuerdo con la Confederación Española de Familias de Personas (FIAPAS).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, “el 60% de la pérdida de audición en la niñez es prevenible; sin embargo, cuando es inevitable, se dispone de intervenciones que pueden contribuir a que los niños afectados logren el desarrollo pleno de sus potencialidades”
Por eso te brindamos una lista de comprobación que sirve como una guía general sobre las diferentes señales en cuanto a la capacidad auditiva y el desarrollo del lenguaje.
Desde el nacimiento a los 3 meses:
- Reacciona a los sonidos o ruidos fuertes.
- Se mantiene callado ante voces o sonidos familiares.
- Hace ruidos de arrullo.
- Responde al habla mirando a la cara de la persona que habla.
3 a 6 meses:
- Busca con los ojos y mueve la cabeza en busca de la fuente u origen de los sonidos.
- Empieza a “balbucear” o hacer sonidos similares al habla.
- Reacciona, se ríe y hace ruidos para expresar sensación de agrado o desagrado.
6 a 9 meses:
- Balbucea palabras similares o iguales a “mamá” o “papá”.
- Busca llamar la atención haciendo algunos ruidos.
- A esta altura empezará a responder a su nombre o a ciertas palabras.
De los 9 meses al primer año:
- Imita los sonidos que oye de los demás.
- Entiende sonidos que le parecen familiares así como palabras cortas y sencillas: “mamá”, “papá”, “perro”, etc.
- Responde ante estímulos y señala a las personas, a ciertas partes del cuerpo que ya identifica o juguetes cuando oye sus nombres.
De los 12 a 18 meses:
- Parece entender progresivamente palabras nuevas cada semana.
- Sigue instrucciones verbales sencillas como “toma la pelota” o “empuja la puerta”.
- Señala con mayor propiedad a las personas, partes del cuerpo o juguetes cuando se le pregunta por ellos.
18 a los 24 meses:
- Puede escuchar cuentos o sonidos sencillos.
- Empieza a componer frases cortas combinando dos o más palabras de tipo: «más comida».
De los 2 a 3 años:
- Es capaz de entender frases más largas o elaboradas.
- Escucha a cierta distancia (en silencio).
- A esta altura es capaz de seguir instrucciones que incluyan dos o tres indicaciones.
De los 3 a 4 años:
- A partir de los tres años ya procesa estructuras de frases complejas.
- Repite en detalle historias más largas (5 o más frases).
Para leer: Microtia y atresia en niños: problemas y soluciones
Si con base en esta guía está preocupado sobre la capacidad auditiva de su hijo o sobre el desarrollo del habla y el lenguaje, solicite una prueba de audición. Contacte o visite su clínica más cercana o apóyese en un profesional de la salud auditiva.
¿Cómo se prueba la capacidad auditiva en los bebés?
Para poder detectar a tiempo algún problema de audición en bebés y niños es necesario estar muy atento a las diferentes señales o alertas de acuerdo con su edad.
Aunque la mayoría de casos de niños que nacen con hipoacusia pueden ser tratados si se diagnostican a tiempo a través de pruebas como el cribado o tamizaje auditivo, algunos tienen origen en infecciones, traumatismos o exposición a niveles de ruido perjudiciales, por lo que el problema suele manifestarse a lo largo de la infancia.
En ese sentido, una de las estrategias más importantes para disminuir las repercusiones de la hipoacusia infantil es la detección precoz mediante el cribado auditivo universal, promovido por ministerios de salud de varios países del mundo.
El tamizaje permite verificar si el bebé tiene audición normal o problemas auditivos que deben ser tratados a tiempo, para permitir el acceso normal al desarrollo del lenguaje.
El cribado o tamizaje auditivo es una prueba indolora que suele practicarse a los recién nacidos, pero que de no ser superada, puede repetirse al mes de vida. Lo importante es poder detectar algún problema en los tres primeros meses de vida para empezar a tratarla en los seis primeros meses de acuerdo con la NIDCD.
Para comprobar la capacidad auditiva en los bebés, se pueden usar dos métodos:
- Las evaluaciones de respuesta auditiva del tronco cerebral (ABR, por su sigla en inglés)
- Las medidas de emisión otoacústica (EOA)
Recuerda que todos los tipos y grados de hipoacusia requieren de la consulta con un profesional para aplicar el tratamiento adecuado..
Si se descubre que el bebé presenta hipoacusia, ¿cuál es el siguiente paso?
Entre las soluciones más efectivas para los niños están las prótesis auditivas y los implantes cocleares.
Además del tratamiento médico o quirúrgico precoz de la hipoacusia, la implicación y apoyo tanto de los padres como del grupo familiar es clave para ayudar al niño a convertirse en un oyente y conversador atento.
En las investigaciones se encontró que el denominador común entre los niños con discapacidad auditiva y el éxito del tratamiento radica en la voluntad de los padres para ayudar al niño a lo largo de su vida.
Tratamientos de la hipoacusia
1. Sordera congénita
Lo más importante en los casos de niños con hipoacusia es la detección temprana para que así puedan tener un tratamiento oportuno y adecuado que les brinde la posibilidad de volver a escuchar o mejorar su condición.
Entre más temprano se detecte, mayores son las posibilidades de volver a oír, lo que mejoraría el desarrollo de sus capacidades lingüísticas, académicas y sociales. Está comprobado que los niños a quienes se les brinda la solución adecuada en los primeros seis meses de edad pueden nivelar la pérdida auditiva y tener un desarrollo normal del lenguaje.
Es importante que estudie y considere, junto a un audiólogo o especialista médico, todas las opciones disponibles. Igualmente, conviene que busque apoyo de otros padres de familia que han pasado por la misma situación.
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2. Hipoacusia neurosensorial
Para tratar la hipoacusia neurosensorial, hay que tener en cuenta el grado de hipoacusia y si se padece en un oído o en ambos.
Un oído: una prótesis auditiva convencional es la opción de tratamiento más común en los casos en los que se tiene hipoacusia neurosensorial entre leve y severa en un solo oído. No obstante, en los casos de hipoacusia profunda, esta opción ya no sería suficiente.
Dos oídos: al igual que los casos en los que se padece hipoacusia neurosensorial en un solo oído, las prótesis auditivas pueden ayudar a quienes la padecen en ambos oídos, teniendo en cuenta que son una solución para quienes padecen hipoacusia neurosensorial de leve a moderada.
Para casos de mayor complejidad, las prótesis auditivas dejan de ser la solución ideal puesto que, si bien amplifica los sonidos, no se logra la discriminación de los mismos.
Al padecer de hipoacusia neurosensorial de severa a profunda, es posible que las prótesis auditivas no sean la solución. Para esos casos conviene conocer más sobre implantes cocleares.
3. Hipoacusia Conductiva
Para la hipoacusia conductiva, las prótesis auditivas pueden ser una solución en casos de hipoacusia moderada o moderada a severa.
Por su parte, los implantes de conducción ósea pueden ser una solución incluso para los casos donde existe microtia o atresia. Conoce ahora los procesadores Baha®
Diferencia entre los audífonos y los implantes cocleares
En primer lugar, ambas pueden ser soluciones efectivas dependiendo de cada caso. Los audífonos constituyen una solución para algunos casos de hipoacusia pues se encargan de mejorar la percepción del sonido. Se ubican en la oreja y no requieren cirugía.
Por su parte, el implante coclear requiere de una intervención quirúrgica. Este dispositivo envía información al cerebro tras convertir sonidos en señales eléctricas impactando el nervio auditivo.
Ambos requieren de un estudio previo por parte del profesional auditivo para recomendar la solución.
La principal diferencia es que los audífonos amplifican los sonidos y no requieren cirugía mientras que los implantes cocleares sí requieren intervención quirúrgica y se encargan de estimular directamente el nervio auditivo.
¿Qué es un audífono?
Se trata de un dispositivo que se encarga de amplificar los sonidos, es decir, permitir que se escuchen más fuerte para que puedan ser percibidos.
Están compuestos básicamente por tres elementos: un micrófono, que recibe los sonidos u ondas sonoras y las convierte en señales eléctricas; un amplificador, que aumenta su fuerza y el alcance; y una bocina, que las transmite al oído.
Así mismo, existen diferentes tipos de audífono como los que se muestran a continuación:
¿Qué es un implante coclear?
Un implante coclear es un equipamiento médico electrónico que se compone de dos partes, una externa y otra interna que se pone detrás de la oreja, debajo de la piel, a través de una intervención quirúrgica.
Los implantes cocleares, a diferencia de los audífonos, transforman las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo.
En otras palabras, le permiten a una persona con un grado de hipoacusia severo o profundo tener una representación útil de los sonidos para ayudarle a comprender el habla. De esta forma, es posible entablar una conversación sea en persona o por teléfono así como reconocer diferentes sonidos del ambiente.
¿Cómo funciona un implante coclear?
Para explicar cómo funciona, es preciso conocer las partes que lo conforman: hay un micrófono, que capta los sonidos; un procesador, que codifica estos sonidos; un transmisor, que envía los sonidos codificados al receptor; el receptor o estimulador, que precisamente envía las señales eléctricas a los electrodos; un conjunto de electrodos, que recogen los impulsos y los envían a diferentes regiones del nervio auditivo; y finalmente los estímulos van al cerebro que reconoce los estímulos como sonidos, permitiendo la sensación de oír.
¿Quiénes son candidatos a recibir implantes cocleares?
Desde la década de 1980, los implantes cocleares son una solución aprobada por la FDA para tratar la pérdida de audición en adultos, pero sólo a partir del año 2000 se aprobaron estos implantes para niños a partir del primer año de edad.
Sin embargo, para acceder a los implantes cocleares como solución para la hipoacusia es necesario cumplir con ciertos requisitos, en un proceso donde los pacientes se convierten en candidatos.
Quien determinará esto deberá ser un especialista, como un audiólogo, o un cirujano otorrinolaringólogo, quien también señalará los riesgos y beneficios que puede traer para determinado paciente.
Soluciones para la hipoacusia
1. Implantes cocleares
Los implantes cocleares pueden ser una solución para personas con las siguientes características:
- Hipoacusia de severa a profunda en uno o ambos oídos.
- Personas con pérdida auditiva unilateral.
- Pacientes que no hayan recibido el beneficio esperado con prótesis auditivas.
- Personas que hayan obtenido una puntuación de 50% o inferior en pruebas de reconocimiento de frases realizadas por profesionales de la audición en el oído a implantar.
- Personas que hayan obtenido una puntuación del 60% o inferior en pruebas de reconocimiento de frases realizadas por profesionales de la audición en el oído no implantado o en ambos oídos con prótesis auditivas.
2. Implantes electroacústicos
Un implante electroacústico es un sistema que combina dos tipos de solución: la amplificación acústica convencional y la estimulación eléctrica.
Se convierten en la solución adecuada para personas que, al llevar su prótesis auditiva, tienen que hacer grandes esfuerzos para oír de manera clara. Esto puede ser un síntoma de hipoacusia de alta frecuencia, lo que dificulta, justamente, poder oír los sonidos de alta frecuencia.
Esto se puede evidenciar cuando el ruido o sonido ambiente se convierte en un obstáculo para oír en diferentes ambientes o espacios como un restaurante, una reunión o incluso una llamada por teléfono.
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3. Implantes acústicos de conducción ósea
Un implante de conducción ósea consiste en un dispositivo conformado por titanio, un pilar y un procesador de sonido que, en conjunto, transmite sonido vía conducción ósea directa, es decir, a través del hueso hasta el oído interno, evitando eficazmente el oído externo y el oído medio.
Los implantes de conducción son una solución que puede beneficiar a pacientes con:
- Hipoacusia conductiva
- Hipoacusia unilateral o sordera auditiva unilateral (SSD), es decir, la pérdida auditiva total en un solo oído
- Pérdida auditiva mixta
4. Prótesis auditivas
Las prótesis auditivas, conocidas también como audífonos, amplifican los sonidos. Esto quiere decir que captan determinado sonido, le agregan volumen y lo llevan por el conducto auditivo hasta el oído interno.
Existen diferentes tipos de prótesis auditivas o audífonos que varían en características de acuerdo a las necesidades de cada paciente.
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Tenga en cuenta
La información en esta guía es solo para fines educativos y no tiene la intención de diagnosticar, prescribir tratamiento o reemplazar el consejo médico. Consulte a su médico o profesional de la salud sobre los tratamientos para la pérdida de la audición. Ellos podrán asesorar sobre una solución adecuada para su condición de pérdida auditiva. Todos los productos deben usarse solo según las indicaciones de su médico o profesional de la salud. No todos los productos están disponibles en todos los países. Por favor, póngase en contacto con su representante local de Cochlear™